Cliente
Concurso para "Microcervecería-Exposiciones Mahou"
Propuesta
Madrid es un entramado de gentes, culturas, ambientes y experiencias; actividades cambiantes que ofrecen este entorno tan heterogéneo. Es una ciudad planeada para la espontaneidad, y su personalidad no se encuentra en un monumento, ni en una plaza aislada, sino a una escala mucho menor, a pie del caminante, en sus comercios, sus terrazas, sus pavimentos... en un detalle y en el conjunto, en la suma de adoquines y azulejos que componen una calle.
Sin ser la más guapa, su espíritu la lleva al cielo, y la convierte en referencia de la vida moderna, la cultura y la experimentación. Mahou Factory Club representa este collage de un diario imaginario que muestra Madrid mediante sus texturas y sus emociones: desde el terrazo del bar Paco, a la barra estilo art decó del Juanita Banana, desde un guitarrista componiendo en la Venencia hasta el las colas en busca de croquetas en Casa Labra.
El entorno de Madrid, y, del mismo modo, el espacio del Mahou Factory Club, se ajusta al visitante y permite percibirlo de manera distinta cada día. Una sensación que se explica claramente en el poema “El otoño de Madrid” de Luis López Anglada.
“Mientras el corazón amarillea,
la tarde, que no el cuerpo, me pasea
por las tranquilidades del palacio.
Todo se finge rápido y urgente,
pero yo te recorro lentamente,
que las cosas del alma van despacio”
Vidas y ritmos que se superponen en un mismo tejido. Podemos vivirla de forma cambiante, ajustarla a nuestras emociones y encontrar un momento preciso para saborear todos sus rincones. He aquí una microcervería que inspira y refleja a Madrid, como quien roba un adoquín de sus calles, como quien que va del Retiro al Manzanares, pasando por la puerta del Sol, y descubre que de Madrid se va al cielo.
De esta forma, la microcervecería es un recurso para activar el edificio, dar vida a cada sala, a cada vista y a cada recorrido. Mahou Factory Club nos ayuda a mirar en una dirección, para entender Madrid, para entender que lo importante es lo que pasa en el camino. Algo que hemos vivido muchas veces, pero que nos sorprende cada día.
Con estas premisas, el edificio mantiene su estructura protegida y su concordancia exterior con el entorno, pero se transforma en su interior, mediante tratamientos superficiales. Un lavado de cara y de texturas, que presentan en palacio del que viene, la ciudad que le acoge y las experiencias que alberga.
Colaboradores
Rez Estudio
Francisco Peláez
Ainhoa Martín
Jaime Llorente
